Consejería ignora reclamación

14-enero-2011: La Dirección General de Recursos Humanos de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid ha hecho pública la siguiente Resolución de 12 de enero de 2011:

En lo que se refiere a las pruebas de selección de Profesor de Canto Gregoriano, se eleva a definitiva la lista publicada anteriormente, o sea:

9-mayo-2011: La revista Audio Clásica ha colgado en su muro de facebook un artículo de Josemi Lorenzo Arribas estrechamente relacionado con el asunto que aquí se trata. Por lo que en él se cuenta, la ética profesional del Sr. Ismael Fernández de la Cuesta queda bastante en entredicho.

11 Comentarios »

  1. Lo dije en Facebook y lo repito aquí: al margen de la admiración que le tengo y de la amistad que me une a él, el caso de Juan Carlos puede ser muy importante para el futuro de la educación musical en España, porque es de aquellos que hacen historia. Pero no va a ser fácil conseguir algo, porque la arrogancia de ciertas instancias, unidas a las inercias del propio sistema, pueden con cualquier lógica y con cualquier discurso. No nos olvidemos, sin embargo, de los ejemplos que ofrece la historia: a veces sí, se ha conseguido algo. El caso es luchar, y que se hable de ello, y que de verdad se mueva la gente. Porque al político (al político que manda, no al que está del otro lado) le molesta el ruido, la protesta, la sensación de que la gente está inquieta. “El pueblo, unido, jamás será vencido”, decía la canción. Y es cierto: es cierto mientras esté unido de verdad. No suele pasar, porque es tan fácil desmoralizarse, tan cómodo pensar que de todos modos no se va a conseguir nada. El problema está allí: que cuando lo pensamos, y actuamos como si fuera verdad, entonces empieza efectivamente a ser verdad. Así que… a seguir indignándose, no hay otra. ¡Un abrazo a todos!

    Comentario por Luca Chiantore — 14 enero, 2011 @ 21:37

  2. LA BATALLA DE ASENSIO Y ALGUNA OTRA

    Lo ocurrido es lo esperado.

    No por ello, lo dicho en Veterodoxia sobre el asunto deja de tener vigor, sino más bien al contrario, lo cobra aún más. Por lo que me toca, me reafirmo en todo lo que ya expresé. Este mundillo es pequeño y nos conocemos todos: Se diga lo que quiera, se dicte lo que se dicte, Asensio es Asensio y Prensa es Prensa, y Fernández de la Cuesta es Fernández de la Cuesta y así sucesivamente. Por nuestras obras nos vamos conociendo. Nadie engaña a nadie, salvo a los alumnos y a quien se deje.

    A es A, aunque le cuelguen el hábito. Esto es importante, la diferencia entre el que ocupa un puesto y su obra, si es que existe, frente al que lo ha dejado de ocupar y su obra, si es que también existe. Porque no vale todo, ni nadie vale igual para todo. Por eso comparto lo expresado por Luca Chiantore (conociendo a Luca, no me extraña que reaccione así). Y más porque, al hilo de las buenas elecciones, siempre que entro a mi urbanización, me asalta una experiencia no sé si mágica o ascética: He de elegir entre 3 llaves de igual apariencia, con el agravante de que la llave buena es de esas con las que hay que teclear hasta encontrarles el punto, hasta tal punto que, en momentos de despiste, quito la llave buena y pruebo con otra de las similares. Pero, si no me despisto y, cuando empieza a hacerse la remolona para abrir, le digo, en voz alta y clara, “bien te conozco, sé que eres tú”, inmediatamente abre. Como si la llave y yo estuviéramos oyendo el comentario anterior de Luca: “cuando lo pensamos, y actuamos como si fuera verdad, entonces empieza efectivamente a ser verdad.” A condición de que sea efectivamente verdad, como es el caso: Asensio es Asensio y la llave que abre es la llave que abre. Porque los poderosos y acomodados nos venden una y mil veces el baciyelmo: Da igual quien ocupe el puesto, Prensio o Asensa. Pues no. Ya está bien.

    Junto a la de Asensio, los amantes de la buena educación y la cultura perdimos ayer otra batalla. Nos congregamos a las puertas de la iglesia de San Juan de Dios, de Murcia, para celebrar un “concierto ausente”, en el que se debió representar el esperpento tragicómico “El Rapto de Terpsícore, o los Saqueadores del Parnaso”, patrocinado por “Se llevaron todo, nada queda”, ante la eliminación del ciclo de música antigua que en esa iglesia venía celebrándose desde 1997. Lo han eliminado cuando ya estaba la programación hecha y los músicos comprometidos. Una programación llena de recortes, con un presupuesto para todo el ciclo, desarrollado a lo largo de todo el año académico, de 50.000 euros. Si hablásemos de 500.000 euros, entonces no lo habrían eliminado porque a nuestros políticos lo que les interesa son los fastos donde hay mucho dinero circulando. ¿Por qué será? En emotivo discurso, Agostino Cirillo, director del extinto ciclo, relacionó los ataques contra la cultura con los ataques contra la educación, ambos de la mano en estos días en Murcia, con la excusa de la crisis económica.

    Que se aproveche la crisis para enterrarlas, resulta una mentira de las que más nos deberían hacer reaccionar, porque más bien educación, cultura y benevolencia económica van unidas. En la Universidad de Oxford, a los estudiantes de economía les obligan a crear una empresa. Les obligan a crear. Y, por otro lado, conozco una escuela (que tiene la suerte de disfrutar de autonomía para poder elaborar su propio plan de estudios) que otorga, desde la educación infantil, a los idiomas, a las disciplinas artísticas y al trabajo en equipo una importancia capital. La directora de la escuela explicaba que no pretende, ni mucho menos, que sus alumnos sean pintores, actores, músicos o literatos, sino que desarrollen su creatividad porque para medrar en un mundo inestable y competitivo, como el nuestro, hace falta imaginación (para medrar, no para pasar por el aro). La imaginación al poder, se decía en mayo de 1968. La imaginación siempre estuvo en el poder. Por eso los poderosos, los que viven de las rentas de una idea gastada, la temen.

    Los que queremos a los mejores en los mejores puestos académicos, los que pensamos que el futuro de España (y también el presente, si España tuviera presente, porque decisiones como la de la Consejería, que aquí se comenta, nos sitúan en el pasado) pasa por la educación y que, dentro de ella, el arte, y lo que tenga que ver con el espíritu y el alma, con la creatividad, debe ocupar un lugar estratégico, hemos perdido otra batalla, una más, y así va España, pero no la guerra.

    ¿Por qué, en pleno siglo XXI, pueden seguir existiendo tribunales académicos como aquellos de los que ya se reían Molière o Rabelais? ¿Por qué un jubilado puede mangonear a sus anchas para nombrar a su heredero? Por la misma razón por la que el perro sí que se chupa el pene a sí mismo, porque puede. Así es que, DE LO OCURRIDO SE DEBERÍAN DERIVAR RESPONSABILIDADES POLÍTICAS, no la de los miembros del tribunal, sino la de aquellos que permiten (o sea, fomentan) estas prácticas conocidísimas, cuando son precisamente los que tienen el poder de abolirlas: DEL DIRECTOR DEL CONSERVATORIO PARA ARRIBA. No nos debemos callar ante la confirmación del atropello. DEBEMOS REACCIONAR. ¡¡YA ESTÁ BIEN!!

    Comentario por paco — 15 enero, 2011 @ 17:51

  3. Copio literalmente el primer párrafo del comentario nº 76 perteneciente a Miguel Montserrat porque coincide en todo con mi relación con el Canto Gregoriano en general y con Juan Carlos en particular. Hemos bebido la misma sabiduría aunque con menos aplicación por mi parte.

    “Soy un amante del Canto Gregoriano y llevo siete años involucrado en su estudio. Me siento afortunado por haber tenido profesores magníficos como Nino Albarosa, Giacomo Baroffio, Juan Carlos Asensio, Giovanni Conti, Alexander Marcus Schweitzer, y muchos otros.”

    Acabo de leer que rechazan las alegaciones, si las hubo, contra la primera decisión, pero esto me ha empujado a expresar públicamente lo que sentía todos estos días.

    Un saludo afectuoso, Juan Carlos, de Antonio Rodríguez

    Comentario por Antonio Rodríguez — 16 enero, 2011 @ 17:00

  4. Cuando tuve noticia de este problema, escribí al profesor Fernández de la Cuesta solicitando información suya. Me respondió lo siguiente:

    “No he leído la página web que Usted me indica, aunque me han llegado noticias indirectas de ella.
    Debe tratarse de lo ocurrido a propósito de mi sucesión en la cátedra de Canto Gregoriano del Real Conservatorio. Yo estoy jubilado en esta cátedra que he dejado vacante desde el 1º de septiembre de 2010. Las Autoridades académicas han decidido que mi cátedra no sea ocupada de manera estable, sino interinamente. Por tanto, se han realizado unas pruebas para un interino, no para un catedrático numerario definitivo. Una comisión de cinco profesores y técnicos fueron los encargados de probar las capacidades y de evaluar los méritos de las dos personas que se presentaron para acceder al puesto laboral. Yo fui asesor externo nombrado por las autoridades, sin derecho a voto. Los dos candidatos, según la Comisión, superaron las pruebas. Pero una persona obtuvo más méritos académicos que la otra. Y por tanto, es la que acupará de manera temporal mi puesto en la cátedra. La esposa y algunos amigos de la persona que obtuvo menos méritos están muy enfadados, porque estiman que era éste quien debía ser mi sucesor. Y sin duda es buen candidato. Pero las pruebas y los méritos se establecieron con criterios objetivos y con un baremo previamente conocido y aceptado universalmente por el colectivo de enseñanzas artísticas.
    Supongo que los contenidos de la página web responden a este descontento. A ello se añaden, probablemente, envidias, animadversiones y celos profesionales antiguos, quizá relacionados con mi persona. Yo no tengo ninguna intención, ni interés, en conocer ni menos aún responder a las manifestaciones de la página web. Si estas personas se dirigen a mí para discutir cualquier situación, yo estaré encantado de dar las explicaciones necesarias. Tampoco es mi manera de ser, ni mi práctica, desacreditar a las personas que no están de acuerdo conmigo o que manifiestan desavenencias conmigo.”

    Así pues, el profesor Fernández de la Cuesta no ha querido leer las cosas que aquí han escrito algunas personas tan cercanas a él como sus alumnos del conservatorio y sus compañeros profesores y musicólogos. Sin embargo, se ofrece gentilmente a discutir y dar las explicaciones necesarias a quien se dirija a él. Es un generoso ofrecimiento que quizá algunos quieran aprovechar. Su dirección e-mail es [email protected]

    Comentario por Margareth — 16 enero, 2011 @ 20:55

  5. Lamento que la Administración haya perdido una nueva oportunidad para poner un poco de orden en el RCSMM. Se persiste en la actitud de mirar hacia otro lado mientras se perpetúan situaciones y prácticas impropias de una institución que, en principio, debería ser un referente.

    A la imaginativa manera del grupo Anonymous,

    http://www.elpais.com/articulo/reportajes/Somos/Anonymous/elpepusocdmg/20110116elpdmgrep_1/Tes

    quizá convenga plantear una serie de acciones, tal y como se está proponiendo en la página de facebook dedicada a Juan Carlos, con el fin de que se oiga nuestro clamor. Saludos

    Comentario por María — 17 enero, 2011 @ 0:10

  6. Creo que deberíamos aceptar y responder adecuadamente al “generoso ofrecimiento” del señor Fernández de la Cuesta transmitido por Margareth (un beso, maja, hace mucho que no nos vemos). Cuantos más le escribamos preguntando, mejor. A ver si así se decide a leer las informaciones y opiniones escritas en este blog, que tanto le afectan (Venga, Ismael, no seas estrecho, haz un esfuerzo, hombre, que merece la pena, de verdad te lo digo). También sería acertado escribir y preguntar a los otros miembros del tribunal, porque estarán tan deseosos o más de poder demostrar a los cuatro vientos su honradez y probidad y muy interesados en que se inspeccione y revise la prueba, para que no quede duda ninguna. Estos son sus buzones electrónicos:

    Ilmo. Sr. D. Anselmo de la Campa: [email protected]
    Sr. D. José Sierra Pérez: [email protected]
    Sr. D. Emilio Rey García: [email protected]

    En cuanto a las acciones que insinúa María (hola, qué tal), en tiempos lejanos los Anonymous tuvieron mucha presencia en el canto llano y en el contrapunto, principalmente el IV. Pero me parece que actualmente resultaría difícil movilizarlos en favor de nuestra causa. Habrá que pelear con nombres y apellidos.

    Comentario por Juan — 17 enero, 2011 @ 9:35

  7. Muchas gracias, Margareth, por trasladarnos la proposición del señor Fernández de la Cuesta “la esposa y algunos amigos de la persona que obtuvo menos méritos están muy enfadados”, que considero su principal e irrebatible aportación al debate.

    Pero mezcla churras con merinas. Una cosa es la esposa, que no sé qué pinta, Margareth, en esta historia, salvo para confundir. Que se nos diga que la familia del candidato que ha perdido está descontenta (podría haberse añadido que la del triunfador está contenta) … pues muchas gracias. Para ese viaje no necesitamos alforjas.

    Otra cosa somos los amigos. Porque también somos amigos, o lo queremos ser (por la cuenta que nos tiene), de todos los implicados en el asunto y, a pesar de ello, hemos decidido, por una vez, no callarnos ante un nuevo atropello, en la línea de otros que se remontan secularmente a la pérdida de excelencia de la Universidad de Salamanca, como alguien ha señalado aquí en Veterodoxia. Lo singular de los amigos de Asensio es que, en la mayoría de los casos, formamos parte del sistema y vivimos de él, con lo cual lo que más convenía a nuestros intereses particulares era callarnos, y algunos, a los que la batalla les pillaba en el aula de al lado, efectivamente se han callado (al menos públicamente). Asensio tiene unos amigos muy particulares, porque toman partido por el perdedor, lo que va en contra de lo que podríamos denominar “amistad académica”, cuyos principios, en este caso, andan absolutamente pervertidos. Sobre todo porque, como ya sabíamos de antemano, no íbamos a conseguir cambiar el resultado obtenido por nuestros amigos y porque tampoco uno de ellos, Asensio, necesita que lloren por él, ya que no es trabajo lo que le falta.

    Precisamente contra eso nos rebelamos: contra que la oposición la gane el amigo en lugar de la excelencia. Contra que el que no tiene padrinos, no se bautiza. A esa práctica mafiosa, en los ambientes académicos, tan gustosos de hablar en griego para mayor claridad, se la denomina “endogamia”. Algunos, por amistad, incluso hemos callado el nombre de algún otro padrino que no formaba parte del tribunal (y por tanto tampoco tenía derecho a votar, como el propio señor Fernández de la Cuesta). Pero la protesta se ha desbocado tanto que, para nuestra sorpresa, al final lo hemos visto citado también por algún otro.

    Tras la esposa y los amigos, faltan los méritos. Es de señalar la expresión “obtener méritos” (se sobreentiende, en el momento de la oposición), bien empleada por el señor Fernández de la Cuesta en su frase de referencia. Un ingenuo, que forme parte, por ejemplo, de alguna de las 100 mejores universidades del mundo, podría pensar que a una oposición se llega cagao, meao y con méritos. Pues no. Resulta que los méritos se adquieren en el momento de la oposición, de acuerdo a “criterios objetivos”, que dice el señor Fernández de la Cuesta. Una objetividad que dejaría fuera de nuestro sistema a los investigadores de origen ruso de la Universidad de Manchester que han obtenido el premio Nobel de Física en 2010, los cuales, incluso con el Nobel en la mano, lo tendrían aquí muy crudo para obtener méritos (cf. “La calidad de las universidades españolas”, artículo en El País de Tomás Ortín Miguel, profesor de Investigación del Instituto de Física Teórica, centro mixto UAM/CSIC, http://www.elpais.com/articulo/opinion/calidad/universidades/espanolas/elpepiopi/20101213elpepiopi_12/Tes).

    En el caso que comentamos, aun en el supuesto caso de que los “criterios objetivos” fueran una deidad abstracta y positiva carente de subjetividad, los asistentes a la prueba pública expresaron en Veterodoxia (empezando por el primero que dejó un comentario) que el tribunal encargado de aplicar tales criterios demostró ese principio de la física cuántica que dice que el objeto Asensio y el objeto Prensa cambian por el mero hecho de ser observados.

    Por todo lo cual, Margareth, creo que ni yo ni nadie tenemos que molestar al señor Fernández de la Cuesta para pedirle explicaciones a título privado. Este debate no es de confesionario, sino de púlpito. Trata de la calidad de la enseñanza y, claro está, del rigor en la selección, y de cómo nos vuelven (en las oposiciones, en la política, en tantos otros aspectos) lo blanco negro delante de nuestras narices. Resulta que, tal como lo cuenta el señor Fernández de la Cuesta, hay un candidato que se ha dedicado a escribir textos de referencia en universidades extranjeras, a formar alumnos instruidos y agradecidos en donde le han dejado, a enseñarnos a todos, a divulgar aquí y en el extranjero la buena música dirigiendo el unánimemente reconocido como mejor coro de gregoriano de España. Mientras tanto, el otro se dedicaba a hacer méritos.

    Como la cosa no va con el (ni mucho menos contra el) señor Fernández de la Cuesta, ya está todo dicho y lo que sigue estaría de más, si no fuese porque tiene que ver con el principio de autoridad y el argumento de autoridad. Porque esos criterios objetivos y ese baremo “previamente conocido y aceptado universalmente por el colectivo de enseñanzas artísticas” se establecen por “las autoridades académicas”, en las que se escuda el señor Fernández de la Cuesta, por lo cual al colectivo de enseñanzas artísticas no le queda más remedio que pasar por el aro. Por eso es particularmente frustrante que las autoridades pretendan escurrir el bulto. El señor Fernández de la Cuesta ha gozado de autoridad para señalar a su heredero y, como formaba parte (“externa” [?]) del tribunal, resulta curioso ese tono tan digno en plan “yo no he sido, a mi que me registren” que trasluce el escrito que Margareth nos ha proporcionado. Estos abusos de autoridad tan propios de nuestro mester de clerecía (la colección de tópicos rebuscados que les permiten escurrir el bulto de su responsabilidad), a mi particularmente, me resultan inquietantes. La actitud que trasluce el escrito del señor Fernández de la Cuesta resulta en todo similar a la del profesor Francisco Rico, fumador empedernido, que publicó un furibundo artículo pro tabaco en El País que terminaba: “P. S. en mi vida he fumado un cigarrillo.” Cuando le reprocharon tal “nota de color”, contestó que “la verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.” Lo cual es falso y una donosa manera de no asumir su responsablidad porque si esa verdad hubiera estado firmada por un humilde servidor, en vez de por la autoridad de Francisco Rico, no se habría publicado.

    Y, para terminar, al hilo también del argumento de autoridad, de tanta dignidad para las autoridades, también ha resultado de dominio público, a lo largo del debate, que el señor Fernández de la Cuesta censuraba en sus clases el escrito más destacado del “buen candidato” Asensio, por lo cual las “envidias, animadversiones y celos profesionales antiguos” están, como el señor Fernández de la Cuesta apunta, “quizás relacionados con su persona”, sólo quizás.

    Comentario por paco — 18 enero, 2011 @ 7:37

  8. Hola a todos. Igual es un poco tarde para escribir esto, pero no sabía de la polémica hasta hace poco. Soy ex-alumno de Luis Prensa en el Superior de Zaragoza, y me alegré mucho cuando en su momento me dijo que le habían cogido en el RCSMM. Y ahora me encuentro con esto…
    No pretendo dar la nota discordante sobre si Juan Carlos Asensio, que me encanta, es el mejor o no para el puesto, y estoy convencido de que podéis llevar razón sobre la prueba, puesto que las opiniones aquí vertidas son apabullantes. Pero no me atrevo a opinar sobre algo en lo que no estuve presente, aunque, repito, probablemente llevéis razón.
    También estoy de acuerdo (aquí nos entendemos todos) en que el mundo de los Conservatorios es un nido de envidias, corrupción y amiguismos, dios mío, cómo y en qué manera lo hemos sufrido todos… tanto aquí en Zaragoza como en Madrid, da lo mismo, siempre es igual, y es un asco, porque… ¿cómo luchar contra eso? Aquí hubo poco jaleo cuando eliminaron Musicología, es cierto, y al final no conseguimos nada, y nos quitaron la especialidad, pese a cartas al periódico y protestas variadas desde distintos frentes. Pero el final estaba tan claro que nos rendimos casi de antemano: los poderosos, desde su torre de marfil, llevan la batalla ganada desde el principio, y los débiles al final soportan demasiado peso a sus espaldas. Prensa, de fuertes convicciones, aguantó la presión hasta el final en el CSMA, hasta que no pudo más y ”se fué”, cuando ya no había remedio a la situación; batalla perdida, como otras tantas, frente al sectarismo. Está claro que en todas partes cuecen habas (lo del señor de la Cuesta y su manifiesta enemistad con Asensio es impresionante).
    Pero bueno, al tema: Al margen de lo que sucediera en el RCSMM, me parece justo, y me veo moralmente obligado, equilibrar un poco la cosa en el Foro diciéndoos que Luis Prensa ha sido para mí un excelente profesor, un gran profesional y una persona humilde y buena como pocas. Sé que nadie ha dicho una mala palabra contra él, y como os he dicho no dudo que llevéis la razón en cuanto a las pruebas, pero necesitaba vertir algunas buenas palabras sobre mi ex-profesor, ya que no he visto ninguna por aquí. Sé que sabéis por dónde voy, y que en realidad os estoy dando la razón, así que disculpadme por dar la nota discordante. Un abrazo a todos.

    Comentario por Pablo — 23 enero, 2011 @ 12:27

  9. Conforme transcurre el tiempo, no disminuye mi perplejidad por el asunto que nos ocupa, lamentablemente parece que cada vez menos.
    La ignorancia de la Dirección General de Recursos Humanos, al menos sobre la reclamación que se planteó, viene a echar tierra sobre lo que, a las luces que yo tengo, es una decisión injusta por parte del tribunal. Al no querer entrar en materia nos priva a todos de conocer con algún detalle cuáles han sido los criterios que el tribunal y su asesor han utilizado para asignar las calificaciones.

    Se ha aportado en este medio que algunos miembros del comité de selección quieren achacar a una estricta “aplicación del baremo” el resultado de la resolución; supongo que no engañan a nadie.
    Dentro de los méritos a valorar se recogen algunos de ellos (la experiencia docente, los estudios académicos, cursos de formación) en los que aparece perfectamente detallado cómo se evalúa cada concepto y los documentos que debe adjuntar cada candidato; todo parece bastante claro, contar y sumar.

    Es el tribunal quien tiene la responsabilidad de determinar la valoración de los “Méritos Artísticos”, y en este caso no se detalla cuánto vale cada libro, concierto, conferencia, disco… No parece que se trate de contar palotes; el tribunal tiene absoluta libertad para aplicar su criterio profesional y, además, tiene la obligación de hacerlo.

    Los datos de los últimos años sobre actuaciones y grabaciones discográficas de ambos candidatos (si alguien pudiera facilitar mayor detalle sobre la actividad de Luis Prensa sería de agradecer) pueden ser de dominio público.

    No quiero aburrir a nadie y solo indico algunas de las más de 150 actividades que ha realizado Juan Carlos en las últimas cinco temporadas al frente de Schola Antiqua:
    -Semana de Música Religiosa de Cuenca (las cinco temporadas)
    -XXIV Ciclo Música sacra en las catedrales españolas. (Andalucía)
    -XIV Ciclo Los Siglos de Oro.
    -Auditorio Nacional de Música Madrid. (7 conciertos)
    -Auditorios de León, Valladolid, San Cugat..
    -Teatro Monumental de Madrid.
    -Fundación Juan March.
    -Catedrales de Santiago de Compostela, Sevilla, León, Murcia….
    -Actuaciones en Bélgica, Grecia, Japón, Líbano, Austria…..
    De Luis Prensa, al frente del grupo S. G. Domus Aurea, solo me ha sido posible localizar un pequeño número de intervenciones relacionadas con las jornadas de Canto Gregoriano que se celebran en Zaragoza, en lo que parece verificarse un uso excesivo de lo que podríamos llamar “autocontratación”.
    La discografía también puede ser contrastada.
    El famoso tema del libro mejor ni tocarlo (algunos parece que se lo toman literalmente), ni compararlo con nada.
    Para los miembros del tribunal estas aportaciones artísticas pesan lo mismo. Los dos candidatos han sido calificados en este apartado con un 2. ¡Ejemplo de ecuanimidad y acertado criterio!.

    Hay que tener cara dura para volcar sobre otras personas acusaciones de parcialidad en base a una reconocida, y de agradecer, amistad con Juan Carlos. A los miembros del tribunal se les debería de caer, al menos, la cara de vergüenza. No se trata aquí de con quién nos unen más simpatía, ni siquiera quién nos parecería más adecuado, se trata de que el tribunal tiene la responsabilidad de evaluar este proceso y no se lo puede tomar a la ligera, menos aún con animadversión hacia alguno de los opositores. Todos, a través de una administración que tampoco puede inhibirse alegremente, les pagamos con la firme esperanza de que no se dediquen a hacer chapuzas.

    Comentario por Benjamín — 4 febrero, 2011 @ 14:46

  10. Cito parte de la respuesta que Ismael Fernández de la Cuesta le ha dado a Margareth: “debe tratarse de lo ocurrido a propósito de mi sucesión en la cátedra de Canto Gregoriano del Real Conservatorio”. ¿Estamos en un sistema democrático o en una monarquía? Lo digo por la palabra ‘sucesión’, usada tan alegremente por Fernández de la Cuesta. Si él piensa en esos términos, no me extraña que hayan dado la plaza a dedo a Prensa en vez de asignarla a quien, diga lo que diga Fernández, tenía más méritos objetivos: Juan Carlos Asensio.

    Comentario por José — 11 febrero, 2011 @ 6:02

  11. “Cómo se viene la muerte, tan callando…”

    Para algunos de sopetón y pudiendo hacer bien poco (a la vista lo ocurrido); pero para otros, como es el caso del RCSMM y sus profesores, tan callando a voces.
    Una amiga esperanzada por comenzar sus estudios de musicología en el Real Conservatorio al curso próximo me escribió recientemente lo siguiente: “Han cambiado mucho las cosas. No hago más que hablar con gente que ha estudiado en Atocha y me dicen que ni se me ocurra estudiar ahí, que es lo peor tanto en profesores como en organización. No cogieron ni a Juan Carlos Asensio. Dicen que está hecho un asco todo”.
    Es lamentable que la Consejería ignorase la reclamación de Juan Carlos; poco puede hacer ya. Ahora debería ser el turno de aquellos profesores asqueados de que las malas lenguas embadurnen su prestigio, profesión y casa.

    Comentario por Ernesto — 17 febrero, 2011 @ 17:34

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